miércoles, 6 de mayo de 2009

Mentiras y miserias en el diván

por Cynthia Bennardis

Una alfombra blanca, un diván y un perchero. Ese pequeño escenario es todo lo que se necesita para que cuatro grandes actores atrapen al público desde el primer momento. El crimen es la excusa perfecta para transitar un camino que no adelanta su destino. Ante la idea de una muerte futura, Criminal relata relaciones donde el psicoanálisis, el miedo, los celos, la mentira y el poder, son protagonistas.

La historia comienza con un grito y la discusión entre los dos psicológos de una pareja a la que analizan por separado. El Dr. Bueras intenta convencer a la Dra. A. de que el paciente de ella, Carlos Cossio, está por matar a su mujer Diana. Entre desconfiada y nerviosa, la analista decide no creerle, por eso Bueras rompe el secreto profesional y, a modo de flashbacks, los espectadores se adentran en las distintas sesiones de la pareja, las críticas, los gestos, las discusiones y peleas que parecen llevar a un asesinato obvio pero que deja de serlo con los distintos giros que marca el impecable texto de Javier Daulte.

Las hipótesis se refutan, la mentira muta a través de enredos y los sentimientos más poderosos quedan al descubierto. A pesar de la tragedia inminente y el drama que esta conlleva, la comedia se filtra y no abandona nunca la escena, cargada de ironías.

La historia llega a un punto donde los personajes se ven desbordados por la realidad que viven o creen vivir. Los psicológos abandonan el lugar de poder y muestran sus debilidades mientras los analizados toman el control de las situaciones. En la sala reina el suspenso y la risa, en el escenario ganan terreno el llanto, el miedo y la mentira. El crimen se ve cercano y parece no haber sido frenado, sin embargo, no se sabe quién será la víctima y quién el victimario.

Criminal reestrenó en marzo su tercera temporada en el teatro Del Borde, bajo la dirección de Marcelo Velázquez, quien aún se sorprende del éxito de la obra.

"A fines del 2007 comenzamos con la idea de mantener el espectáculo por dos meses, después vimos que quedaba gente afuera y decidimos volver por un tiempo en el 2008, pero el público no nos abandonó y nos presentamos durante todo el año, y así, gracias a la gente y a las ganas de los actores, volvemos en el 2009."

No hay excusa para perderse esta comedia-drama-policial que envuelve al espectador en un juego de psicoanálisis con muchas mentiras y pocas verdades, pero que cuando aparecen, impactan.

Abril 2009.

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