jueves, 20 de noviembre de 2008

Diario La Nación


El diván sobre el escenario

Bucean en este universo desde Les Luthiers hasta el teatro independiente
por Laura Ventura

En el ADN del argentino conviven dos genes, cuyo origen es aún un misterio. El teatro y el psicoanálisis, experiencias que mucho tienen en común, suscitan adeptos, adictos, estudiosos y defensores. El espectador, como el paciente en el diván, no es un sujeto pasivo. Hay algo que busca en los escenarios, vinculado a una sanación. Estas disciplinas aisladas se unen en escena y el efecto es terapéutico. Pero, además, cuando las obras de teatro ingresan en el universo del psicoanálisis y la psiquiatría, el efecto se potencia.
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Una mala sesión
Criminal
, de Javier Daulte, es un diálogo entre dos psicólogos que intentan detener un homicidio, y entre sesiones y llamadas desesperadas, se cuelan sus deseos carnales. El terapeuta del director de esta puesta, Marcelo Velázquez, vio aquella obra y, en lugar de destacar el texto o la comedia, hizo un planteo ético de la profesión, pues allí, en su opinión, "la dimensión moral aparece totalmente trasgredida". En 2007, esta obra tuvo tres montajes diferentes.
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Agustoni, Pavlovsky y Velázquez, entre otros, admiten que algunos alumnos comienzan a estudiar teatro por recomendación de sus analistas. Pero, además del juego que realiza el actor, el espectador también encuentra dos alivios para su propia vida, contradictorios entre sí, pero ambos necesarios, según el momento que cada individuo atraviese: la evasión de sus problemas a través de una ficción y el reflejo de su propia realidad sobre un escenario.

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http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1071832

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